domingo, 1 de mayo de 2011

JUAN PABLO II EN GUATEMALA, FEBRERO 1996

El día de hoy, les traigo una vivencia personal, un recuerdo de los más maravillosos que atesoro en mi memoria, la larga historia de lo acontecido en 1996 cuando Juan Pablo II vino por segunda vez a Guatemala.
Corría el año de 1996, concretamente en el mes de febrero de aquel lejano 1996, cuando con varios compañeros del Colegio tuvimos la dicha de asistir a la Santa Misa que dió el hoy beato Juan Pablo II, que en ese entonces era el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, dicha celebración tuvo lugar en un lugar conocido como"Valle de María". 

Recuerdo ese viaje como si hubiera sido el día de ayer, a pesar que han pasado quince años de entonces, los recuerdos siguen vivos en mi memoria. Recuerdo que nos instalamos en un Turicentro que distaba aproximadamente una hora caminando del Valle de María, y como cosa rara, hacía mucho frío, lluvia y mucho viento por lo que no íbamos preparados del todo para las inclemencias que el tiempo nos presentaba. La tarde que llegamos estaba lloviendo un tanto recio, nos instalamos en un salón grande del Turicentro que supongo habrá sido el Comedor... Pues no tenía paredes y tenía bastantes mesas y bancas. Nada más instalarnos, la lluvia cedió un poco y para variar un poco, nos pusimos a jugar fútbol en una de las numerosas áreas verdes del lugar, junto a un río. En esas estábamos divirtiéndonos cuando el juego degeneró a lo que en Guatemala conocemos como "cochifútbol" que no es sino fútbol sin reglas, en el que está permitido cometer cualquier tipo de falta con tal de hacerse con la pelota... 

Así estuvimos por espacio de una hora más o menos -en ese tiempo ese era poco tiempo para jugar, pero ahora...- porque oscureció y nos llamaron a cenar. Luego de eso, nos retiramos a dormir y eso fue lo que menos hicimos, nos pusimos a molestar, los que fumaban se fueron a fumar y nosotros, nosotros nos fuimos a platicar en uno de los bancos de arena del río...

Al día siguiente, fuimos de tour por el pueblo de Esquipulas, fuimos a la Basílica y luego nos 
llevaron a conocer el Valle de María, que distaba como a hora y media caminando desde el pueblo; no me imaginaba yo la sorpresa que me esperaba esa tarde en ese lugar... :) Ubicamos un lugar cerca del altar en el que nos instalaríamos la mañana siguiente para la Celebración de la Santa Misa, estando en esas, como suele sucederme, me aburrí rápido, y junto a Luis Enrique Luján un excompañero del Colegio, nos fuimos a vagar y a ver las alfombras. En una de esas vueltas por las calles y avenidas acondicionadas en el lugar para el paso del Papamóvil, nos enteramos que existía la "Comisión de Alfombras", que se iba a encargar de vigilar que la gente no se pasara encima de las alfombras, y que esta gente iba a estar hasta adelante, justo por donde pasaría el Papamóvil. Consultamos sobre los requisitos para pertenecer a esa Comisión y la persona a la que preguntamos -que era el encargado y quien estaba repartiendo los gafetes- nos respondió que con una fotografía bastaba, que nos hacían el gafete con nuestro nombre, y listo. Con Luján nos buscamos en la billetera y no teníamos fotos, pero le dijimos que regresábamos en breve con la foto, que la íbamos a traer. 

Cuando nos alejamos, pensábamos dónde conseguríamos la dichosa fotografía, se nos ocurrió ir al pueblo, pero por la hora seguro no llegábamos antes del cierre, y en caso llegáramos, qué certeza teníamos que nos las entregaran el mismo día? Dando vueltas en nuestra cabeza, cuando yo veo un carro de Quick Photo y corriendo nos acercamos a preguntar si nos podrían tomar la Fotografía que necesitábamos, extrañados, los que estaban dentro dijeron que si las podían tomar, que nos daban cuatro fotos en una hora por Q. 24.00 pero que necesitábamos al menos a diez personas más para que no se desperdiciara el rollo. Regresamos a ubicar a nuestros demás compañeros y les dijimos de la comisión y las fotos y no se imaginan la fila que se hizo para las fotos, pues la voz se corrió. En eso recordé que mi hermana mayor estaba com oa 15 minutos corriendo de ese lugar y fuimos con Luján a buscarla. 

Toqué la puerta de donde ella estaba, pregunté por ella y cuando salió le dije: Venite ahorita conmigo, no me preguntés, en el camino te explico, pero vení ahora. No se que habrá dicho ella, pero salió junto con Jimena De Aguirre y corrimos de nuevo a que ellas se
tomaran las fotos. durante la espere, por el frío que había, vi que mi hermana estaba con frío, por lo que haciendo acopio de valor, le cedí mi sudadero diciéndole que no tenía frío, y créanlo o no, al darle mi sudadero se me quitó el frío. Luego de una tensa espera, las fotos nos las fueron dando luego de las 19:00 horas, fuimos a buscar a la persona de la comisión de alfombras y nos hicieron nuestro gafete, pero cuando le consulté por el de mi hermana y su amiga, me dijo: Lo siento, no tengo más en blanco, solamente dos que ya tienen nombre pero no vinieron por ellos. Yo le respondí que no importaba, que nos los diera tomando en cuenta que con Luján le habíamos llevado como a 30 personas para cuidar las alfombras... Se sonrió y nos los dio.Luego de eso, fuimos a dejar a mi hermana a su campamento, y cuando nos despedimos alcancé a escuchar que les dijeron que ya era tarde, que estaban preocupadas por ellas y eso... Pero todavía nos hacía falta casi una hora para llegar a nuestro destino, tomamos la decisión de atravezarnos unos potreros para acortar camino, mala decisión pues había un lodazal... Llegamos a nuestro Turicentro como a eso de las 21:00 horas, cansados de tanto caminar y hambrientos, igual nos regañaron porque estaba preocupados y porque hacía rato que todos habían llegado, y nadie sabía nada de nosotros dos, como no avisamos...

Esa noche casi no dormimos de la emoción de ver de nuevo al Papa Juan Pablo II a la 1 de la madrugada nos despertaron para ir a bañarnos porque a las 2 salíamos para el Valle de María a instalarnos en el lugar elegido. Con un frío de la gran diabla nos bañamos y salimos tan pronto pudimos, caminamos por espacio de una hora hasta el lugar y nos instalamos en el lugar seleccionado la tarde anterior, nos acostamos en el suelo sobre las mochilas y a eso de las 3 y media de la madrugada, ocupábamos un espacio de aproximadamente 10 por 10 metros, en ese momento, algunos aprovecharon para dormir otro rato y otros elegimos ir a caminar. Cuando volvimos a eso de las 6:45 de la mañana, ocupábamos un rectángulo de 5 por 2 metros aproximadamente, era tal la cantidad de gente, que presionando había compactado el espacio de nosotros. Desde esa hora ya no me metí en nuestro espacio, estuve en la avenida frente a nosotros viendo la alfombra y esperando la Santa Misa, la cual debería iniciar a las 10:00, pero por las condiciones del clima el helicóptero que transportaba a Juan Pablo II tuvo que aterrizar en Chiquimula y de ahí continuar el viaje en avioneta, la cual aterrizó cerca de las 10:30 horas. No pude ver a que distancia estaba la avioneta, pues le gente me lo impidió, pero unos 20 minutos luego de verla pasar frente a mí, con mucha alegría y el corazón latiendo de prisa por la emoción pude ver que se acercaba el Papamóvil con Juan Pablo II en su interior, y gritando la conocida porra: Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo! hasta quedarme sin voz, tuve la dicha de verlo a menos de un metro y medio de distancia, pude seguirlo de cerca cuando subió a la plataforma en la que estaba el altar y verlo durante toda la Santa Misa que duró casi las dos horas, recuerdo que en la Homilía, el Papa se quejó por el frío y el viento y agradeció que estuviéramos presentes. El resto de la Misa transcurrió sin siquiera darme cuenta, mi mente y cuerpo estaban procesando la dicha de ver a Juan Pablo Segundo tan cerca de mí, de escucharlo en vivo!!!!!

Al finalizar la Santa Misa y retirarse, nuevamente tuve la dicha de volver a ver a Juan Pablo II cerquita, y curiosamente las dos veces que pasó frente a mí, saludó con la cara hacia el lado en que yo estaba... No se imaginan la alegría que me invadió y la presencia que tenía ese hombre, inspiraba una paz y un respeto...

Hoy, a más de quince años de eso, celebramos con dicha la Beatificación del Santo Padre Juan Pablo Segundo, y vuele a mi mente: Juan Pablo Segundo, te quiere todo el mundo!además estoy seguro que nunca, nunca volverá a haber un Papa con esa presencia y esa inspiración que Karol Wojtyla irradiaba... Y que probablemente nunca volveré a vivir una experiencia como la que les acabo de contar.

1 comentario:

  1. Hola José Carlos, muy buena anécdota y que envidia, por supuesto de la buena de que haya tenido la dicha de estar en una misa de Juan Pablo II y de haberlo visto de cerca.

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